Jorge Yunta es escultor y en realidad se llama Jorge Rodríguez. Yunta es su tercer apellido, pero es el que usa como nombre artístico. «Pensé que sería más directo, fácil de recordar y menos común que Rodríguez Fernández», afirma. Lo cierto es que, consciente o inconscientemente, ha dado como el nombre perfecto para un escultor. Yunta. Contundente y sólido. Como las esculturas.
Hace poco cobró notoriedad por haber esculpido a Ignatius, según confiesa, su trabajo más ambicioso e importante hasta el momento, y ha sido premiado recientemente en el Salón de Otoño de la Asociación Española de Pintores y Escultores. En sus obras, la mayoría figurativas, predominan los rostros duros de rasgos viejos, de los que afirma que poseen un tipo de belleza intrínseca, ya que «despiertan más ternura que rechazo».
El joven escultor trabaja en diversos materiales como la piedra, la madera, la resina, el metal o la cerámica. «La piedra es el material en el que más tiempo y energía invierto, pero las técnicas que requieren sacar las piezas por molde son las que más me frustran», explica. Con una corta trayectoria pero que ya incluye dos piezas en gran formato, cerca de las treinta en formato medio e incontables en pequeño formato (bocetos, cerámica, resina o joyería), cree que las artes plásticas y el emprendimiento son un binomio con mucho fututo si se cumplen una serie de condiciones.
En esta entrevista, además de encumbrar a Ignatius como la musa casi perfecta, Jorge Yunta nos cuenta cómo es ganarse la vida como escultor hoy en día y qué posibilidades existen para el emprendimiento y el autoempleo.
-Una pregunta para que me digas «bueno, yo qué sé, ¿qué pregunta es esa?»: ¿Cómo es el escultor de hoy?
Depende un poco de la definición que queramos darle a la escultura. Yo lo veo como disciplina visual mediante el volumen. Luego se ramifica según su función: expositivo, decorativo, utilitario, escenográfico, publicitario… Creo que siempre ha estado, simplemente se transforma bajo demanda.
-Se dice de algo hermoso que es «escultural». ¿Cómo afrontas la búsqueda de la belleza en tus obras? ¿Qué es para ti lo bello?
Bueno, yo que sé, ¿qué pregunta es esa?
Cuando algo es escultural hace referencia a la escultura griega y su concepción de belleza y la virtud. Esta idea de la belleza a día de hoy creo que es más común en la publicidad que en el arte. Muchas veces busco la belleza en rostros duros y rasgos de la vejez. Creo que la representación de los opuestos tiene una respuesta positiva en el público, siendo más común la ternura que la repudia.
-Una de tus obras más celebradas es ‘El grito sordo’, que representa a Ignatius y tiene varias versiones. ¿Cómo surgió la idea? ¿Consideras que es tu mejor creación?
Al poco de acabar la facultad me propuse hacer un retrato de un personaje pop actual en piedra. Pensando quien podría ser, Ignatius me pareció la persona ideal. Tardé casi un año en sacarla a la luz pensando cuál sería el espacio ideal para que la pieza estuviese en un contexto interesante y que no se quedase solo en fanart. Me presenté a varios concursos y finalmente fui seleccionado en el Premio Reina Sofía. Esta exposición fue la oportunidad perfecta para dar a conocer mi trabajo y al mismo tiempo fue de interés para el cómico.
La segunda fue un encargo privado a gran escala a partir del diseño original. Para ello inicié el proyecto con un modelado digital para poder escalarlo al tamaño del encargo. Ese mismo modelado lo reciclé para hacer una cabeza de bastón que regalé a Ignatius. Este mismo modelo sirvió posteriormente para hacer un modelo del Premio Grito Sordo”. El último fue un encargo de Ignatius donde adapté este mismo modelado para hacer unos Bastones Grito Sordo para el show La Commedia.
Es mi proyecto más difundido, con el que más beneficio he tenido y más propuestas o repeticiones ha generado. Por ahora es lo más interesante que he hecho.
-No eres el único que ha hecho representaciones de Ignatius. Sobre todo en el ámbito de la ilustración, la red está repleta de retratos y caricaturas suyas a modo de fanarts. ¿Es Ignatius la musa perfecta?
Y si no lo es, está muy cerca de serlo. Como personaje pop creo que tiene mucha fuerza y carisma. Aunque hasta hace pocos años tuvo una carrera difícil, creo que una de las bases de su éxito reside en que despierta más ternura que rechazo.
-¿Cómo se gana la vida un escultor hoy en día? O mejor dicho, ¿es posible ganarse la vida como escultor hoy en día?
En mi caso me resulta muy difícil. En los cuatro años que llevo me he podido mantener como autónomo casi dos años. Gracias a internet, la difusión de tu trabajo es más sencilla a nivel internacional, pero esto hace a su vez de competencia. Creo que es un trabajo que puede tener múltiples aplicaciones, pero depende de que tu modelo de negocio funcione o de la calidad del contrato a la hora de prestar ese servicio. Son trabajos donde es muy difícil evaluar el tiempo empleado.
-¿Qué posibilidades ves para el autoempleo?
Depende de la demanda. Hace unos años, bajo el boom de la construcción, se emprendieron muchas propuestas para obra pública para enriquecer los nuevos espacios construidos. Con la crisis hubo un descenso en los premios monetarios en concursos. Los recortes en materia de cultura y su alto IVA tampoco ayudan. El abanico de posibilidades creo que es muy grande, pero es muy difícil que funcione, ya que todos los factores a tener en cuenta pueden ser demasiados para una sola persona.
-¿Es el micronecenazgo una de las soluciones?
Es muy interesante y fácil de aplicar para obra seriada, aunque esto influye también en las horas que se deben aplicar a los proyectos, la necesidad de usar materiales apropiados y a la función del producto. Donde más aplicable lo veo es a la hora de producir diseños en 3D, donde el producto de venta es únicamente el archivo digital y ya quedaría a cargo del cliente su reproducción en físico. Mediante una impresora digital doméstica, por ejemplo. Aunque este sistema puede generar un problema con la honestidad del cliente y que use el archivo para vender sus reproducciones. Pero creo que es un sistema interesante y son dignas de estudiar las posibilidades que ofrece.
-¿Algún modelo alternativo para ejercer la profesión que veas con futuro?
Creo que lo más importante a nivel nacional es crear una figura en los tipos de autónomos que realmente se ajuste a las necesidades del empleo. Es muy difícil tener un ritmo de ingresos regulares donde mensualmente se tenga el mismo nivel de beneficios. Por eso un sistema de cotización más proporcional a la riqueza generada lo haría todo más fácil.
-¿Cómo pueden explotar el mundo online los escultores?
Las redes sociales son fantásticas para dar visualización a tu trabajo, aunque el público que te visualice por redes no sea luego el comprador potencial. Para la venta online abre un marco mucho más internacional, pero hay que tener en cuenta los problemas que genera el transporte, por ejemplo.
-Hace poco descubrí una startup que hacía esculturas corporativas para empresas y las vendía en su tienda online. Llevaban la imagen de la empresa al terreno del 3D físico. Desconozco cómo les va, pero la idea parece chula. Hay tanta tendencia hacia lo digital que nos olvidamos de que se pueden hacer cosas en esa línea material…
Por su puesto. Las empresas de reproducción 3D a gran escala están presentes en muchísimos eventos. Ya sean elementos corporativos, reproducciones publicitarias, decorados, escenografías… También están presentes en la producción de escultura monumental como un sistema de prototipado válido, por ejemplo para llevarlo a una fundición y hacer una reproducción en metal.
-La democratización del arte lo ha hecho menos exclusivo. Es más fácil consumir arte hoy en día. ¿Qué conlleva para vosotros los artistas?
Creo que está bien. Que no sea un campo exclusivo creo que enriquece el medio. Me da escalofríos considerar que no deba ser democratizado. Otra cosa es que lo sea realmente: no todos tenemos las mismas oportunidades, bien sea por capacidad de inversión económica, posibilidades de espacio, acceso a las herramientas y materiales, acceso a puntos de venta eficaces, tratos de relación…
-¿Cómo ves la relación entre arte y negocio actualmente?
Positiva. Es un sector muy complicado de dominar y donde cuesta encontrar un modelo de vida, pero de alguna manera siempre está ahí. Es muy sensible a los cambios, pero lo más importante es que no empeore la calidad del empleo.
-¿Crees que el emprendimiento y las artes plásticas son un binomio con posibilidades de ser fructífero?
Claro que sí, siempre que se busque y se proteja una competitividad justa y que los cambios no empobrezcan el empleo.
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