El Nuevo Autónomo. Infraestructuras, energías renovables, tecnologías de la información y startups son algunos de los sectores para los que se abren oportunidades en el Reino Unido tras el Brexit. Así se ha puesto de manifiesto en una jornada celebrada este jueves en Cámara Valencia para analizar las relaciones entre la economía española y el Reino Unido tras su solicitud de salida de la Unión Europea (UE). A partir del momento en que esta petición se ha formalizado, se abre un plazo de dos años para negociar un acuerdo entre ambas partes, un período de incertidumbre, marcado por el comportamiento del tipo de cambio, las decisiones de salida del capital en dicho mercado y las propias negociaciones.

El secretario general de la Cámara de España en Gran Bretaña, Igor Urra, ha señalado en su intervención algunos de los factores clave que afectarán en la negociación con el Reino Unido: la factura en la que se ha visto inmersa el país tras su salida de la UE, lo cual supone una renuncia a los compromisos adquiridos; los británicos residentes en otras partes de la UE; el control de las fronteras, en dónde se mide la jurisdicción nacional británica, y el tratado de libre comercio, entre otros.

Respecto a las relaciones bilaterales con España, Igor ha afirmado que la inversión española se verá afectada por esta decisión. «Reino Unido es un experto en atraer inversiones extranjeras y tendrá que realizar una mejora en sus condiciones de inversión si no quiere perderlas», ha dicho. Por otra parte, la depreciación de la libra tampoco mejorará las condiciones de comercio del país. En cuanto a los residentes británicos en España, Urra considera que si se establecen relaciones bilaterales, España podría aprovechar esta palanca, pues los residentes británicos en España suponen una cifra importante.

La incertidumbre generada por el proceso de negociación y la depreciación de la libra (encarecimiento de la inversión realizada fuera del Reino Unido) posiblemente implicará una ralentización de las inversiones de capital británico en España y, en comunidades como la valenciana, sobre todo las inmobiliarias destinadas a vivienda.

En la jornada también se ha concluido que las relaciones entre la economía española y el Reino Unido son muy importantes, no sólo a nivel de bienes sino también de servicios y conocimiento mutuo, por lo que, a pesar de ser un mercado maduro, seguirá siendo un mercado de oportunidades, aunque sea en un entorno más complejo.