Los que se aventuran por primera vez en el universo autónomo suelen sentir algo de vértigo ante el farragoso asunto del papeleo y las cotizaciones. Vamos a intentar dar un poco de luz sobre el tema de las cuotas.

Si vas a darte de alta como nuevo autónomo puedes beneficiarte de la tarifa plana de 60 euros en tu cuota de la Seguridad Social. Los requisitos para poder acogerse a dicha tarifa son los siguientes: 

• No haber estado dado de alta como autónomo durante los 2 años anteriores (3 años en el caso de que ya se haya disfrutado de la tarifa plana).
• No ser administrador de una sociedad mercantil.
• No ser autónomo colaborador.
• No tener pluriactividad con trabajo por cuenta ajena y por cuenta propia.
• No haber recibido con anterioridad bonificaciones de la Seguridad Social como autónomo.

Esta cuota reducida (es un 80% de reducción) se mantiene durante los primeros 12 meses y cuenta con las mismas coberturas que la base mínima de cotización de los autónomos. Después, la cuota va aumentando progresivamente en función de la base de cotización elegida. 

• Del mes 12 al 18 la reducción es del 50%.
• Del mes 18 al 24 es del 30%. Los menores de 30 años y mujeres menores de 35 disfrutan de esta bonificación otros 12 meses.
• A partir del mes 24 (salvo en el caso mencionado en el punto anterior) se paga el 100%.

La base de cotización es una remuneración de referencia para el pago de la cuota mensual. Es una especie de ‘sueldo teórico’ que no tiene por qué reflejar la facturación real del autónomo. De hecho, este puede elegir su base de cotización al margen de sus ingresos reales entre unos tramos máximos y mínimos que establece el Gobierno cada año.

Para menores de 48 años, la base mínima de cotización es de 944,40 euros mensuales y la base máxima es de 4.070,10 euros. Para trabajadores de 48 o más años, la base mínima queda establecida en 1.018,50 euros y la máxima, en 2.077,80 euros al mes. En el caso de que se tratara de un nuevo autónomo que se hace cargo del negocio de su cónyuge fallecido y tenga 45 o más años, la base de cotización está comprendida entre 944,40 y 2.077,80 euros al mes. 

Los autónomos pueden elegir la base de cotización que quieran entre esos mínimos y máximos. Sobre esas bases se aplican los tipos de cotización para calcular las cuotas de autónomos. Para el año 2020 el tipo de cotización es el 30,3% (30,6% en 2021 y 31% en 2022) e incluye los siguientes porcentajes:

• 28,3% – Contingencias comunes.
• 1,1% – Contingencias profesionales.
• 0,8% – Prestación por cese de actividad.
• 0,1% – Formación y prevención.

Esto quiere decir que el trabajador que elija la base mínima de 944,40 euros pagará una cuota de 286,15 euros al mes (308,60 en el caso de la base mínima de 1.018,50 euros) cuando agote las reducciones que se aplican durante los dos o tres primeros años de alta.

¿Por qué hay autónomos que escogen una base de cotización más elevada? El hecho de elegir la base de cotización mínima puede afectar en el futuro a tu pensión y a las prestaciones pertinentes en caso de enfermedad, incapacidad o desempleo, ya que estas prestaciones varían en función de lo que hayas cotizado. Si has cotizado por la base mínima, la pensión por jubilación no llegará a los 700 euros, y la prestación por desempleo será inferior a 600 euros. En caso de enfermedad, rondaría también los 550-700 euros. Por eso, muchos trabajadores eligen pagar una cuota más alta, para estar más protegidos en el futuro.

[Fotografía: Christian Dubovan en Unsplash]