Con un nivel de acierto del 99,9%, Wemuse consigue predecir qué productos o artículos se van a vender más dentro de una empresa minorista. Se inspira en la teoría de la sabiduría de las masas, tal y como revela Luis Clavell, uno de sus dos fundadores. ¿La mejor forma de saber si algo funcionará? Preguntarle a la mayor cantidad de gente posible, afirma. En este caso, a los propios empleados de las tiendas.
Con poco más de un año en funcionamiento, sus fundadores creen en el recorrido de esta herramienta innovadora que ayuda a las empresas a conocer de antemano cómo responderá el cliente a los lanzamientos. Todo ello, asegurándose de que el negocio es rentable: «Como startup, medimos e intentamos que cada euro que invertimos tenga el mayor retorno posible», detalla Clavell, que constituyó la empresa junto a Iván Abad en junio de 2018.
Apenas un mes después hubo una ronda de financiación donde presentaron la idea de negocio con un Power Point de seis dispositivas. «Un pequeño business plan», como lo describe Clavell, que le pareció interesante a diecisiete personas del sector que decidieron invertir. A día de hoy, los dos socios fundadores tienen el 75% de la empresa y los 17 socios minoritarios el 25% restante.
Entrevistamos a Luis Clavell para qué nos desvele las particularidades de Wemuse, un software personalizable que se adapta al volumen y las necesidades concretas de las empresas.
-¿Cómo se origina Wemuse?
Somos dos cofundadores, Ivan Abad y yo, y nace de una necesidad real de las empresas, inicialmente para las del sector retail. Viajando por cualquier ciudad del mundo se repite siempre la misma situación. Entras a una tienda a saludar a tus equipos y todos te dicen lo mismo: “Oye, qué pena que me hayas enviado solo mil unidades de esta camisa, va a ser un best seller y si me hubieras enviado 5.000 unidades las hubiera vendido en una semana”.
O el caso contrario: “¿Por qué me has enviado tantas unidades de este pantalón que en México ya no es tendencia?”. Wemuse nace como una herramienta de comunicación muy eficiente, rápida y potente para acertar con la selección de producto y para poder llevar el feedback de los productos que tienes en las tiendas desde los equipos a las centrales.
-Se dirige entonces a empresas con una cierta implantación en varios lugares y que están descentralizadas…
Se dirige básicamente a cualquier empresa que necesite tener feedback de sus equipos de forma muy rápida. La descentralización puede ser nacional, por comunidades autónomas o cualquier otra distribución geográfica. Para empresas que estén muy deslocalizadas existe un ahorro muy importante tanto en costes como en tiempo. Hasta ahora, las empresas de retail decidían las colecciones haciendo showrooms en las centrales, presentaciones de producto, viajes a otros países… Creemos que esos procesos son costosos e ineficientes. Por eso hemos creado Wemuse.
Los que reciben más imputs a nivel diario de los clientes son las personas de nuestros equipos que están de cara al público. Este tipo de imputs nunca llega a las centrales. Wemuse sirve para transmitir este feedback de forma fácil e intuitiva y es un canal bidireccional entre todos los equipos en cualquier empresa.
Está pensada para el sector retail, pero estamos abiertos a cualquier tipo de empresa. Nuestro segundo cliente es un fabricante de gafas de sol. Usó Wemuse para que las ópticas premium de Europa les dijesen si les gustaban más o menos los modelos antes de tener el producto físico en sus tiendas antes. Estamos hablando a día de hoy con otros fabricantes de gafas de sol, con Ikea, con Casa Viva o Pastas Gallo.
-¿El personal responde en función de su propia percepción o sobre el comportamiento que está teniendo el cliente de cara a ese producto?
Hay dos opciones. Sobre el producto que todavía no está lanzado, el personal te dice su previsión de lo que cree que se va a vender más. Está pensado para que tú, como diseñador, planner o responsable de producto, si vas a fabricar tres modelos de camisas, puedas subir una foto o diseño a la aplicación, que tus equipos voten y ajustar los stocks en función de qué modelos han tenido mejor feedback.
Luego, también existe la posibilidad de que, sobre producto que ya tienen en las tiendas, pidan feedback sobre si ha gustado a los clientes o no. Por ejemplo, tenemos un cliente, Brownie, que con este tipo de comunicación diaria y directa es capaz de avanzarse y detectar si un producto va a ser un best seller o no. Antes se tardaban tres o cuatro semanas y ahora, con Wemuse, se sabe en una semana y media o dos en base a la reacción de los clientes y el feedback de las encargadas. Así pueden ajustar la producción.
Y existe incluso otro caso. Ikea nos decía: “Yo con el tema de selección de producto no puedo hacer nada porque fabricamos a dos años vista. Pero lo que no sé es la percepción que tienen los clientes de los precios una vez exponemos los productos en las tiendas. Los equipos escuchan las conversaciones de las familias y los amigos. Me interesa usarlo para que me digan si los precios les parecen caros o baratos y poder hacer ajustes».
-En el caso de la primera modalidad, la de productos que todavía no se han lanzado, al estar destinada la aplicación al propio personal, ¿no puede haber un sesgo o distorsión?
Creemos que es bastante objetivo. Las empresas lo que hacen es traer a un responsable de cada país a la central y es una persona que opina por todo el país. Nosotros lo que hemos dicho es: involucremos a todos los equipos. Por seguir con el ejemplo de México… Imagina que su responsable viene la semana que viene a un showroom donde le van a presentar la nueva colección y aquella semana está obsesionado con que en su país van a venir el animal print y los estampados militares. Si solo te pide esto no es igual que si tienes la opinión de las 3.000 personas que tienes trabajando en México.
Wemuse viene inspirada por una teoría, la sabiduría de las masas, que dice que es mucho mejor tener la opinión de una masa crítica de gente que no la opinión de solo unos expertos en concreto. La persona vota a nivel particular y luego podemos cruzar esos datos con los resultados una vez se ha expuesto en tiendas y se ha vendido. Contamos con un algoritmo de machine learning con el que podemos detectar talento: si yo he votado un producto que creo que se va a vender mucho y luego realmente se han vendido mucho, mi opinión ponderará más que la de una persona que ha dicho que no se va a vender. Es un sistema que aprende con el uso y el paso del tiempo.
-He visto que en la aplicación tenéis un desglose de las estadísticas en función de varios parámetros, por sexo, por edad… ¿Qué otros segmentos se pueden medir?
Hemos hecho que sea totalmente customizable según las necesidades de los clientes. Nuestro servicio es un SaaS, un software as a service. Vendemos licencia con un coste por usuario y por mes. Una vez contratadas las licencias, les damos acceso vía web, entran como administradores y pueden, con tres clics, subir artículos, tanto uno a uno como de forma masiva. Generas los códigos de usuarios al momento y la configuración de las preguntas es totalmente personalizable.
Podemos adaptar las localizaciones de la empresa y agrupar los resultados por tiendas, por países o por ciudades, por ejemplo. También se pueden adaptar los rangos de edad, porque a lo mejor Inditex tiene un promedio de edad de 35 años y necesita saber qué opinan sus empleados en torno a esa edad. Puedes tener el volcado de la información tan segmentado como quieras.
-¿Los perfiles los configura la propia empresa?
Sí. Nosotros hacemos una formación que es muy rápida. Te diría que tardamos cinco o diez minutos máximo. Nos obsesionaba hacer una aplicación que fuese muy intuitiva, sencilla de usar y muy práctica, incluso la parte de configuración y gestión propia de los clientes. Queremos que sean autosuficientes y autónomos para dar de alta usuarios, subir artículos, cambiar la segmentación, etcétera.
-¿Qué implantación tenéis y qué objetivos os habéis marcado como empresa a corto y medio plazo?
Estamos volcados cien por cien en el desarrollo comercial, captación y seguimiento de clientes y de leads. Tenemos tres clientes a día de hoy. Estamos gestionando seis leads calientes que están en una fase bastante avanzada. Y nuestro objetivo sería acabar el año, siendo realistas, con cuatro o cinco clientes. A largo plazo, el objetivo sería hacer un “por tres” anual, tanto en clientes como en facturación. Y sobre todo consolidar y tener una empresa viable y rentable a largo plazo.
Para ello lo que necesitamos es equipo. A día de hoy somos los dos cofundadores y lo que queremos es crear un departamento comercial, tener un responsable en España, otro en Europa, otro en Latinoamérica. Estamos hablando con algún posible partner para abrir mercado en Colombia, México… Pero nos gusta hacer las cosas por orden y primero nos gustaría consolidar España por un tema de criterio geográfico y por el coste de adquisición de cliente.
-¿Cuál es vuestro modelo de negocio?
El sistema de tarifas es por mensualidades en las que pagas por número de usuarios, con un escalado en función de las licencias contratadas, por lo que el software es adaptable a cualquier tamaño de la empresa.
-¿Creéis que es aplicable esta herramienta a sectores que no sean el retail?
Absolutamente. Wemuse no tiene ningún tipo de restricción. Para cualquier cliente que necesite feedback creemos que es una herramienta muy útil para tener un canal de comunicación nuevo, rápido, eficiente y en el que puedan pedir opinión a los equipos de cualquier tema: futuros lanzamientos, temas de branding, eslóganes… Cualquier pregunta que puedas hacer.
-Para acabar, ¿hacia dónde crees que avanza el mundo del emprendimiento online y qué retos tienen ante sí las administraciones y la economía para potenciar estas iniciativas?
El concepto de transformación ya está un poco obsoleto y todo el mundo tiene que adaptarse y subirse al tren. El mundo es 100% digital y es una ventaja que cada vez tengamos más herramientas para hacernos la vida más fácil. Desde poder localizar a tus hijos con un reloj hasta poder medir con un gadget si un familiar que lo necesita se ha tomado la medicación, cuándo, cuántas pastillas y cómo. Más que una transformación, existe una revolución que es imparable. La formación tiene que ser muy intensiva en este sentido. Tanto los perfiles más jóvenes como los más senior tenemos que estar al día y aprovechar estas ventajas.
En cuanto a las ayudas, a nivel privado tenemos el ejemplo de Juan Roig con Lanzadera en Valencia, que tiene una visión muy anglosajona, muy de intentar apoyar a quienes están emprendiendo porque cree que puede aportar muchísimo a la sociedad. Es para quitarse el sombrero.
A nivel administración pública, creo que cada vez tiene que ir a más. Considero que en un futuro va a haber cada vez más autónomos, más freelance, más gente que trabaje por proyectos, y quizá a nivel de regulación y de facilidades se tendría que adaptar buscando modelos europeos más exitosos para que todo el mundo pueda emprender.
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